El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo con mayor incidencia. Se define por manifestaciones conductuales asociadas a síntomas de inatención, hiperactividad, impulsividad y dificultades en el autocontrol. Aunado a ello, el TDAH se ha asociado a una amplia variedad de síntomas que no se incluyen en los criterios diagnósticos oficiales propuestos por la Asociación Americana de Psiquiatría tales como la desregulación emocional, la desmotivación, dificultades en la resolución de problemas, dificultades en la memoria de trabajo y un procesamiento del tiempo distinto.
El concepto del tiempo es un constructo biológico y mental que incluye la percepción del tiempo, la secuenciación temporal, la sincronización motora y la previsión temporal. Podemos definir a la percepción temporal como la habilidad para registrar y estimar como transcurre el tiempo. Se hipotetiza que las personas con TDAH perciben que el tiempo se resbala, su reloj interno parece correr más rápido que los eventos que ocurren en su entorno, lo que les genera angustia y deriva en distractibilidad o en conductas hiperactivas e impulsivas. La percepción de que el tiempo se prolonga al realizar acciones repetitivas o poco interesantes es común y es una de las razones por las cuales se muestran impacientes y les cuesta mantenerse en una misma actividad por largos periodos, mostrando desviaciones e impersistencia en las tareas.
No solo la percepción del tiempo es distinta en los individuos con TDAH sino también la sincronización motora y la previsión temporal. La habilidad para anticipar y hacer coincidir las acciones motoras de forma armónica suele encontrarse afectada observándose como un estilo de respuesta prematuro e inconsistente en el que parece que “actúan sin pensar” o bien que son “torpes” ya que tropiezan constantemente, se golpean sin quererlo y tienen dificultades para realizar manualidades o deportes en equipo.
Las alteraciones en la previsión temporal entendida como la habilidad para construir futuros hipotéticos y estimar los posibles desenlaces con el fin de calcular las ventajas y desventajas de elegir un curso de acción sobre otro se manifiesta como dificultades para prever las consecuencias futuras de sus elecciones.
Se ha propuesto que el correlato biológico implicado en estas habilidades incluye una conectividad distinta entre las áreas corticales prefrontales, motoras y parietales con los núcleos basales y el cerebelo junto con un desbalance neuroquímico particularmente en el sistema dopaminérgico. Esta red muestra un desarrollo desfasado y una menor cantidad de fibras en el caso de los niños con TDAH. De forma interesante, se ha reportado que el tratamiento farmacológico con agonistas dopaminérgicos como el metilfenidato disminuye los fallos en la percepción temporal en esta población reduciendo las conductas impulsivas, cabe mencionar que el mismo efecto se observó en paradigmas que incluían a un reforzador monetario dado que éste en sí mismo produce un pico en la producción de dopamina. Estos hallazgos abren la puerta para incorporar instrumentos de evaluación específicos para conocer cómo se encuentra la percepción temporal en estos individuos así como para plantear mejores planes de intervención que tengan en cuenta estos síntomas.
Recursos consultados
Ptacek et al (2019). Clinical Implications of the Perception of Time in Attention Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD): A Review. Medical Science Monitor: International Medical Journal of Experimental and Clinical Research, 25, 3918–3924.
Rubia et al. (2009) Impulsiveness as a timing disturbance: neurocognitive abnormalities in attention-deficit hyperactivity disorder during temporal processes and normalization with methylphenidate. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 364(1525): 1919–1931